A lo largo de la historia de la danza y el ballet, numerosas
coreografías han resultado ser de todo menos inocentes, desplegando
tal cantidad de erotismo y sensualidad que no pocos asistentes a sus representaciones
se han visto transportados a un estado que les ha provocado cierta excitación.
Bien por la sensualidad de los movimientos de los bailarines,
por la trama del ballet o por una combinación de los dos, en ocasiones los ballets
son tanto o más sensuales y eróticos que ciertas películas
de contenido ligeramente subido de tono. Basta con entrar en internet y consultar los videos porno gratis http://www.videospornogratisx.net/ para entender de lo que estamos hablando.
Las escenas de danza más eróticas de la historia
Las escenas eróticas en ballets no se dan sólo
en piezas modernas. A lo largo de los últimos dos siglos, no pocas coreografías
y ballets con tintes eróticos pertenecientes a piezas de música clásica
han sido representadas por todo el mundo, sobre todo en Europa y Estados
Unidos. En la red arrasan los videos pornos de maduras como hemos explicado anteriormente, son tendencia en este 2017.
A continuación están las que se puede considerar que atesoran un mayor nivel de erotismo:
A continuación están las que se puede considerar que atesoran un mayor nivel de erotismo:
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La Bacanal de Sansón y Dalila, de Camille Saint-Saëns
- En esta opera, un auténtico canto a la seducción y al placer del erotismo, se cuenta
la historia del forzudo Sansón, el líder de los israelitas, y Dalila, que
lo traicionará revelando a sus enemigos el secreto de su fuerza. Quizá
la parte más subida de tono es la escena final, la Bacanal, en la que
se lleva a cabo una danza ritual dedicada al dios del vino y el placer.
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Dafnis y Chloé, de Maurice Ravel - Dafnis y Chloe
está
considerado uno de los ballets más románticos jamás compuestos. La
obra, protagonizada por dos pastores, ya demuestra su nivel de sensualidad casi
desde el principio, cuando ambos protagonistas se conocen y descubren el amor
por primera vez. Más adelante se embarcan en un juego de rol, en el que Dafnis
adopta el papel del diós Pan, y Chloe es del la ninfa Syrinx, objeto de los deseos
del dios Pan. Tras perseguir a la ninfa, ambos protagonistas viven su amor con
ternura, para que después se ponga en marcha una orgía expresada a través
del baile.
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Escena del balcón de Romeo y Julieta, de Prokofiev -
Esta partitura, compuesta como ballet por su autor, no pudo representarse como
tal hasta 1940, cuando el ballet Bolshoi, que históricamente se había
negado a representarla por considerarla como algo imposible de bailar, accedió
por fin a hacerlo. De todas sus escenas la del balcón es quizá
la más
romántica
y la que ofrece mayores tintes de erotismo.
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Preludio a la siestas de un fauno, de Claude
Debussy - Esta partitura clásica se transformó
en ballet en 1912, cuando el famoso bailarín Nijinsky creó su coreografía
y ocupó
su papel protagonista. La obra puso música a un poema de Mallarmé,
protagonizado por un fauno que va tocando su flauta por un bosque y se va
excitando a medida que va observando a las ninfas y náyades que lo
pueblan, para después entregarse a un sueño plagado de visiones.
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La Danza de los Siete Velos de Salomé,
de Richard Strauss - La “culpa” del erotismo en esta pieza no es precisamente de su autor,
puesto que Strauss pedía siempre que el baile fuese completamente decente. Los
culpables de la sensualidad de esta pieza han sido siempre los coreógrafos
que la han producido, y que muchos han transformado en un baile capaz de sacar
los colores a muchos de los asistentes a su representación.